Al ir a una tienda de libros, la sección infantil puede ser algo chillona, las portadas de los cuentos con letras grandes y coloristas, purpurinas diseminadas por los libros... el echo de coger uno y darle un rápido vistazo, sin apenas prestar atención al texto; es algo que hacen muchas personas cuando han de regalar un cuento a un niño. No se dan tiempo de valorar objetivamente el libro, si ese cuento es adecuado para el niño o si le gustará. Tampoco se valora lo suficiente el trabajo que hace el escritor, o los que corrigen el texto o lo traducen de otros idiomas... toda la responsabilidad cae en las espaldas del ilustrador (o en sus manos, mejor dicho)
Un ilustrador a de saber en todo momento que se publica, los estilos que más venden... así que es normal pasarse las tardes de fin de semana (o entre semana) mirando tiendas de libros. Incluso algunos (como es mi caso) llegan a comprar algunos cuentos que le han llamado la atención por algo especial: un simpático personaje, una historia que parece interesante, la forma de maquetar el cuento, los dibujos... hay miles de cosas por las cuales se pueden comprar uno.
Así que basándome en la experiencia de comprar libros, he pensado como hacer algunos de mis cuentos. Incluso he sido de las que han vuelto a dibujarlo todo de nuevo, por que no me sentía satisfecha con el resultado.
Lo más importante y que da motivos al ilustrador de dibujar, es el texto. Tener una idea puede ser algo "sencillo" podemos pensar en cosas que gusten a los crios: animalitos, historias que hablen de amistad, cosas relacionadas con su mundo cotidiano y lo más importante, añadirle ese toque fantástico que tanto les gusta. Luego está llevarlo al papel, encontrar las palabras adecuadas no es sencillo. Has de tener presente para que edades va dirigido, si es un niño de diez años no puedes hablarle como si tuviera dos como tampoco, puedes hablarle a un niño como si fuera un erudito en literatura. Cada edad tiene su lenguaje.
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