Dicen que el amor más verdadero, es el que prodiga una madre hacia sus hijos. Es el más desinteresado, puro y sincero que un ser humano pueda sentir y recibir. Basado en un instinto de protección y cuidados al indefenso ser que ha nacido de sus entrañas, la madre lo arropa y lo cuida con delicadeza. Dando movimiento a la vida, fluyendo con las estaciones y renovando la humanidad.
Quizás, en un futuro, la hija se vuelva madre y haga girar de nuevo, la rueda de la vida. Y así seguira el mundo, lleno de madres que fueron hijas, e hijas que se convirtieron en madre.
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jueves, 6 de agosto de 2015
domingo, 19 de julio de 2015
Mi camino
Trazando mi camino, hallé la dificultad de comprender a mi corazón. Quizás mi mente era muy obtusa y prefería regir mi vida por la senda de la frialdad.
Pero aún así, era capaz de comprender y sentir empatía por los demás. La mayoría de las personas me acusaban de vivir a destiempo, poco me importaba su opinión.
Vivía como podía y sabía que mi camino era totalmente mio, nadie debía andarlo por mi. Porque nadie caería y se levantaría en mi nombre, nadie movería un dedo para ayudarme a conquistar mis sueños.
Pero aún así, era capaz de comprender y sentir empatía por los demás. La mayoría de las personas me acusaban de vivir a destiempo, poco me importaba su opinión.
Vivía como podía y sabía que mi camino era totalmente mio, nadie debía andarlo por mi. Porque nadie caería y se levantaría en mi nombre, nadie movería un dedo para ayudarme a conquistar mis sueños.
jueves, 25 de junio de 2015
Una pequeña historia
Siempre había deseado salir del barrio. Toda mi existencia se había reducido a una pequeña porción de mi ciudad natal. En las humildes calles en las que crecí, comprendí que todo lo que nos sucedía en la vida, eran meras casualidades. No existía un hado del destino. No había nadie que trazara por nosotros un camino, que hubiéramos de seguir a ciegas. No.
Sólo existía la libertad de escoger, pensar y cuestionar todo lo que nos sucedía.
Descubrí que habían personas que deseaban no escoger, no pensar. Querían que todo estuviera trazado y marcado, para ir como autómatas por el camino prefijado por otros.
Me parecía una manera de ver las cosas respetable, pero no quería eso para mi.
Deseaba ser arquitecto de mi vida, trazar el camino y recorrerlo sin depender de nadie. Sabía que debía hacerlo lejos de mi hogar, porque siempre se ha de abandonar lo conocido para avanzar hacia lo desconocido.
Sólo existía la libertad de escoger, pensar y cuestionar todo lo que nos sucedía.
Descubrí que habían personas que deseaban no escoger, no pensar. Querían que todo estuviera trazado y marcado, para ir como autómatas por el camino prefijado por otros.
Me parecía una manera de ver las cosas respetable, pero no quería eso para mi.
Deseaba ser arquitecto de mi vida, trazar el camino y recorrerlo sin depender de nadie. Sabía que debía hacerlo lejos de mi hogar, porque siempre se ha de abandonar lo conocido para avanzar hacia lo desconocido.
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