Hace pocas semanas, hice este retrato. Traté de hacerlo en varios días para poder hacerlo de la manera más parecida posible a la foto. A veces el estar dibujando tanto rato el mismo dibujo, puede hacernos perder un poco la objetividad de lo que estamos haciendo, nos parece que las lineas van cambiando el parecido o que las distancias entre la nariz y los ojos, se van acortando o distanciando.
Es importante controlarlas, porque de ellas depende que un rostro se parezca o no. Por eso, cuando empiezo a ver que se parecen mucho o por el contrario, no se parecen en nada dejo el dibujo descansar unas horas.
Las retratadas en esta ocasión, somos mi madre y yo. Es una foto que le tengo un especial cariño y decidí dibujarla en lápiz para practicar el retrato.